Arrojamos cada molécula serpiente de raíz
intentamos montar caballos jirafa para absolver pecados
de la infancia, mas ¿existió algún pecado?
sabernos libres redentores de sí mismos
enfrascados en el azote del cuerpo maltratado.
vómito de soberbia es lo que depara
la absurda tregua agonizantes pies
luego, muñecos derretidos se deslizan
en el vapor del niño que quiere dejar huella.
sus zapatos no lograron ver la tierra
y ahora la basura presagia el fin del hombre
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