En su libro "Filosofía y Poesía", María Zambrano analiza los conceptos de lo sagrado, lo profano y lo divino en los confines del primer hombre.
Para hablar sobre las manifestaciones de lo sagrado se debe partir de una definición de lo sagrado para luego a partir de ahí, si corresponde una manifestación, cómo es dicha manifestación y dónde se encuentra lo sagrado para que se manifieste.
Muchos filósofos, como María Zambrano han estudiado sobre lo sagrado, y por ende, lo profano, además de la relación que hay con lo divino, los dioses y las religiones. Tal vez desde que el hombre se da cuenta que su entorno está ahí como algo indiscernible trata de dar respuestas a preguntas que surgen en el contacto que se tiene con todo lo demás.
María Zambrano y el acercamiento a lo sagrado y lo profano
Y para adentrarse a lo sagrado se tiene que ahondar en lo divino, pues el hombre a lo largo de la historia ha mantenido dioses y los ha tenido en un marco “sagrado”. Habrá qué preguntarse si lo divino es sagrado, si un dios es sinónimo de sagrado.
María Zambrano apunta que la relación inicial del hombre con lo divino se da en el delirio y no en la razón, pero ese delirio es de persecución, de saberse inmerso en un entorno lleno de algo que no sabe qué es.
El delirio de persecución en María Zambrano
Antes de cuestionar cualquier cosa, su primera necesidad es la de ver, de ahí su delirio de persecución, ya que a la vez persigue lo que ve pero luego sabe que también es visto, que es perseguido; luego viene la necesidad de identificar eso que no sabe qué es.
“Pues antes que entrar en lucha con otro hombre y más allá de esa lucha, aparece la lucha con ese algo que más tarde, después de un largo y fatigoso trabajo, se llamarán dioses".
Pero en este encuentro, en esta lucha, el hombre debió mantener una comunicación con lo otro, primero con la vista y luego con la razón y en esa necesidad definirá, otorgará nombres para diferenciarse de lo otro.
La primera manifestación de lo sagrado
Se puede decir que en este proceso existe la transgresión, a la manera de quebrantar la paz que existe antes de que todo sea visto por el hombre.
Ahora bien, lo sagrado, o mejor, la primera manifestación de lo sagrado, para Zambrano, ocurre cuando el hombre se forma una imagen, luego de hacerse una idea de dios, una imagen sagrada. Todo esto tiene que ver con el surgimiento de los dioses y responde a la pregunta de cómo surgen y por qué.
La respuesta que nos dará Zambrano es que resulta a razón de la condición trágica del hombre, pero sobre todo, de que él se da cuenta de ello y no puede lidiar con ese peso sin algo a lo que asirse. El primer encuentro con esos dioses es lo que en realidad el ser humano es.
María Zambrano y la búsqueda constante
Pero en esto interviene el acto de aparecer, y por lo tanto el hombre siempre estará en una constate búsqueda de los sagrado o de la esencia que se presenta de diferentes formas, que siempre está ahí y luego de pactar con los dioses a través de un lenguaje poético.
Ahora bien, si sostiene que “la forma primaria en que la realidad se presenta al hombre es la de una completa ocultación, ocultación radical; pues la primera realidad que al hombre se le oculta es él mismo. El hombre –ser escondido- anhela salir de sí y lo teme, aunque la realidad toda no envolviera ningún alguien, nadie que pudiese mirarlo, él proyectaría esta mirada".
Lo sagrado sería lo nunca revelado, lo otro, pero en ese encuentro con lo otro hay cierta violencia, cierta transgresión que provoca inferioridad al hombre, porque es inasible, nunca lo abarcará, y en ese sentido queda sin respuestas nuevamente.
Otras opiniones en torno a lo sagrado
De manera similar otros estudiosos de lo sagrado, como Mircea Eliade sostienen que lo sagrado necesita un espacio y que proviene de la necesidad de una fundación -del mundo-.
Lo sagrado para él es una experiencia primordial que proviene de la experiencia fundacional; si se relaciona con lo expuesto por Zambrano, sería la fundación por el lenguaje poético y en particular, que el hombre tuvo que asirse a un espacio o algo para esa fundación, y así lo hizo con los elementos de la naturaleza.
De esta manera y con el paso del tiempo lo sagrado -esa experiencia fundacional- se ha depositado en otros objetos y en otros espacios, cuando todo aquello se fue institucionalizando en religiones, de ahí que hay lugares sagrados (santuarios o templos), personas sagradas (obispos, santos y papas), objetos y demás.
Por otro lado, Roger Caillois sostendrá que lo sagrado es algo ambiguo y corresponde a una categoría de la sensibilidad, para él no se puede separar lo sagrado de lo profano, pues una cosa no se puede explicar sin la otra.
Muchos filósofos, como María Zambrano han estudiado sobre lo sagrado, y por ende, lo profano, además de la relación que hay con lo divino, los dioses y las religiones. Tal vez desde que el hombre se da cuenta que su entorno está ahí como algo indiscernible trata de dar respuestas a preguntas que surgen en el contacto que se tiene con todo lo demás.
María Zambrano y el acercamiento a lo sagrado y lo profano
Y para adentrarse a lo sagrado se tiene que ahondar en lo divino, pues el hombre a lo largo de la historia ha mantenido dioses y los ha tenido en un marco “sagrado”. Habrá qué preguntarse si lo divino es sagrado, si un dios es sinónimo de sagrado.
María Zambrano apunta que la relación inicial del hombre con lo divino se da en el delirio y no en la razón, pero ese delirio es de persecución, de saberse inmerso en un entorno lleno de algo que no sabe qué es.
El delirio de persecución en María Zambrano
Antes de cuestionar cualquier cosa, su primera necesidad es la de ver, de ahí su delirio de persecución, ya que a la vez persigue lo que ve pero luego sabe que también es visto, que es perseguido; luego viene la necesidad de identificar eso que no sabe qué es.
“Pues antes que entrar en lucha con otro hombre y más allá de esa lucha, aparece la lucha con ese algo que más tarde, después de un largo y fatigoso trabajo, se llamarán dioses".
Pero en este encuentro, en esta lucha, el hombre debió mantener una comunicación con lo otro, primero con la vista y luego con la razón y en esa necesidad definirá, otorgará nombres para diferenciarse de lo otro.
La primera manifestación de lo sagrado
Se puede decir que en este proceso existe la transgresión, a la manera de quebrantar la paz que existe antes de que todo sea visto por el hombre.
Ahora bien, lo sagrado, o mejor, la primera manifestación de lo sagrado, para Zambrano, ocurre cuando el hombre se forma una imagen, luego de hacerse una idea de dios, una imagen sagrada. Todo esto tiene que ver con el surgimiento de los dioses y responde a la pregunta de cómo surgen y por qué.
La respuesta que nos dará Zambrano es que resulta a razón de la condición trágica del hombre, pero sobre todo, de que él se da cuenta de ello y no puede lidiar con ese peso sin algo a lo que asirse. El primer encuentro con esos dioses es lo que en realidad el ser humano es.
María Zambrano y la búsqueda constante
Pero en esto interviene el acto de aparecer, y por lo tanto el hombre siempre estará en una constate búsqueda de los sagrado o de la esencia que se presenta de diferentes formas, que siempre está ahí y luego de pactar con los dioses a través de un lenguaje poético.
Ahora bien, si sostiene que “la forma primaria en que la realidad se presenta al hombre es la de una completa ocultación, ocultación radical; pues la primera realidad que al hombre se le oculta es él mismo. El hombre –ser escondido- anhela salir de sí y lo teme, aunque la realidad toda no envolviera ningún alguien, nadie que pudiese mirarlo, él proyectaría esta mirada".
Lo sagrado sería lo nunca revelado, lo otro, pero en ese encuentro con lo otro hay cierta violencia, cierta transgresión que provoca inferioridad al hombre, porque es inasible, nunca lo abarcará, y en ese sentido queda sin respuestas nuevamente.
Otras opiniones en torno a lo sagrado
De manera similar otros estudiosos de lo sagrado, como Mircea Eliade sostienen que lo sagrado necesita un espacio y que proviene de la necesidad de una fundación -del mundo-.
Lo sagrado para él es una experiencia primordial que proviene de la experiencia fundacional; si se relaciona con lo expuesto por Zambrano, sería la fundación por el lenguaje poético y en particular, que el hombre tuvo que asirse a un espacio o algo para esa fundación, y así lo hizo con los elementos de la naturaleza.
De esta manera y con el paso del tiempo lo sagrado -esa experiencia fundacional- se ha depositado en otros objetos y en otros espacios, cuando todo aquello se fue institucionalizando en religiones, de ahí que hay lugares sagrados (santuarios o templos), personas sagradas (obispos, santos y papas), objetos y demás.
Por otro lado, Roger Caillois sostendrá que lo sagrado es algo ambiguo y corresponde a una categoría de la sensibilidad, para él no se puede separar lo sagrado de lo profano, pues una cosa no se puede explicar sin la otra.
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