A
través de música e imágenes, la película Baraka muestra una diversidad cultural
que coexiste por medio de la relación entre el hombre y la naturaleza así como la vida del hombre tecnificada. Puede
parecer como el paso de la desaparición de lo natural con la implantación de la técnica, pero también la reconstrucción
de lo natural de manera artificial dando como producto otro tipo de vida,
alejada de lo natural y totalmente automatizada, ejemplo de ello son las imágenes
de las maquilas. Se alternan imágenes de lo natural con imágenes del hombre y
cómo va transformando la naturaleza de modo que sugiere una aniquilación de lo
primitivo-tribal para suplantarla con un “modo mejor de vida” que al final resulta
contradictorio, pues la tecnología, según las imágenes, automatizan al hombre y
hace que pierda la relación con lo natural y lo sagrado.
Con la proyección de imágenes de
paisajes o animales muestra la belleza de lo natural y en ese momento se puede
hablar de la experiencia estética con la naturaleza y que con la suplantación
técnica se ha perdido y al hombre se le ha olvidado observar los fenómenos
naturales y apreciarlos en su totalidad. La película muestra de manera
contrastante la vida humana en su ámbito natural y donde ha interferido con la
creación de obras, que no dejan de ser bellas, pero que reflejan la finitud del
propio hombre y lo efímero de ellas.
Los diferentes rituales que se
presentan hablan de la experiencia divina que aunque de diferente modo en cada
cultura, se refleja que el hombre en general siempre estará buscando un
encuentro con algo que no se encuentra en él. En cada ceremonia hay un contacto
con algo superior, ya sea inventado por el hombre, con edificios y templos construidos
específicamente para eso o simplemente el contacto con lo natural como en los
ritos más tribales.
Si se toma lo dicho por María
Zambrano acerca de la naturaleza como fuente del ser, se nota que el
planteamiento de la película se encamina a dicha afirmación, como un retorno a
la naturaleza para comunicarse con la fuente del ser. La omisión de la voz,
característica muy particular de la película, sugiere la búsqueda de la
universalización del lenguaje para llegar a mantener, precisamente esa
comunicación con la fuente del ser. Tal comunicación no existe cuando se
muestran las imágenes de ciudad y del modo de vida en ellas, donde el hombre ha
perdido el sentido de su vida. Si se traslada lo que Zambrano dice acerca de
que el arte y la poesía nos reconducen a la experiencia primitiva de sentirse
vivo, esta experiencia sólo se estaría encontrando en las prácticas religiosas
al modo de las culturas tribales, donde aún no se han impuesto elementos
sagrados más tecnificados y en los que entran en juego además de la creencia en
los divino, la comunicación natural, el lenguaje corporal y la experiencia
colectiva. Baraka es reflejo de la búsqueda de la esencia sagrada y en ella se
muestran las diferentes formas en que el hombre la busca, ya sea con dioses o
con la natural, pero también aparece otro elemento, el tiempo, que llega a
compartir con el hombre todas las transformaciones que se dan en dicha
búsqueda.
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