Mi silencio es incurable, pero no me mata.
Sólo a ti.
Cuando vives en la espera de mis ojos todo se contrasta, el aleteo
de siempre estar
ya ni el silencio me domina, ahoga mi abandono en blanco
mis plegarias aún palpitan, por qué te fuiste.
Largos andares te traían me llevaban
Pero el demonio del tedio nos alcanza
siempre nos alcanza y aún me duele.
Quiero mi silencio de regreso, tu mirada, tu memoria desvanece.
Cada día huyo de la siesta interminable.
Sólo a ti.
Cuando vives en la espera de mis ojos todo se contrasta, el aleteo
de siempre estar
ya ni el silencio me domina, ahoga mi abandono en blanco
mis plegarias aún palpitan, por qué te fuiste.
Largos andares te traían me llevaban
Pero el demonio del tedio nos alcanza
siempre nos alcanza y aún me duele.
Quiero mi silencio de regreso, tu mirada, tu memoria desvanece.
Cada día huyo de la siesta interminable.
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