Las películas El Globo Rojo
y Las Noches de Cabiria, a pesar de
ser muy diferentes entre sí en cuanto a formas y temas, son muy similares en
cuanto el carácter de sus personajes principales y lo que estos representan.
Ambos son una especie de incomprendidos sociales que son rechazados por las
personas de su entorno, desde la figura institucional hasta la familiar, pero
que luchan ante las adversidades para tratar de lograr cumplir todos sus
deseos.
Cabiria es una prostituta de Roma que busca el amor por sobre
todas las cosas, pero también busca una vida mejor, una estabilidad y estar
bien consigo misma, pero es demasiado ingenua y esto le impide ver la verdadera
intención de las personas que se acercan a ella, quienes la engañan y se
aprovechan, dejándola al final infeliz y sin nada.
El pequeño, en cambio, busca la amistad. Busca la compañía de
alguien que lo comprenda y cuando lo encuentra, los demás niños no pueden
tolerar su bienestar, así que hacen hasta lo imposible por aniquilar su
felicidad.
Cabiria y el niño son inocentes, representan la inocencia en un
mundo incapaz de ver por los demás y preocuparse por el otro. Las fuerzas entre
el bien y el mal están representadas en ambas películas, los protagonistas
luchan contra la sociedad. Sin embargo, a pesar de todas las dificultades a las
que se enfrentan, al final se presenta una alternativa, un brillo en el camino
que les dice que no todo está perdido y que aún se puede seguir buscando la
felicidad.
Algo importante en ambas películas es que lo que sucede a estos
dos personajes no es exclusivo de alguna persona o grupo de personas en
específico, sino que se convierte en algo universal al tratarse de una búsqueda
de la felicidad en ambos casos. Esto permite una identificación directa con el
espectador a pesar de que se trate para algunos de realidades
alejadas e incluso fantásticas.
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